viernes, 14 de septiembre de 2012


La gestión: Conceptualización

Gestión escolar, es un término obligado en el discurso educativo actual; no obstante, tiene diferentes formas de entenderse, por lo que resulta necesario revisar como ha sido conceptualizada por algunos investigadores.

Administración escolar, es un término estrechamente ligado al concepto de gestión; no obstante, existe diversas posturas, en cuanto al papel que juega en la connotación que tiene en la unidad de significado: gestión escolar.

Para Navarro (Navarro, s.f.), la administración escolar, conjuntamente con procesos escolares educacionales, son parte de un concepto integrador de gestión escolar; no obstante, se separa de la postura anglosajona de administración escolar (liderazgo, descentralización, escuelas eficaces, benchmarking, accontability, charter schools, manager), al analizar la experiencia de gestión en escuelas de educación básica en países iberoamericanos.

Así entonces, la rendición de cuentas como un elemento de la gestión, estará dirigida hacia la escuela y la sociedad, a diferencia de la versión anglosajona de accountability, que busca el involucrar a agentes de iniciativa privada con la intencionalidad de diversificar fuentes de financiamiento.

            De igual forma, el pretender transpolar las estrategias de efectividad y eficiencia de escuelas eficaces, a otros centros escolares, es negar la particularidad que ofrecen en su trance cotidiano de la organización escolar.

            No obstante, Sánchez Avilés, plantea una versión interesante de la administración escolar, aunque igual que Navarro no la considera sinónimo de gestión. Primero aclara que las actividades secretariales no son prácticas administrativas; y segundo, coloca al director como el encargado de administrar: propuestas educativas, la formación de su plantilla de personal, la planeación del centro educativo, la organización del consejo técnico, el monitoreo de las actividades escolares, el compromiso de rendir cuentas a los proveedores de la escuela, la coordinación de funciones académicas, la administración de recursos y el ejercicio de un liderazgo académico. (Sánchez, s.f.) La clave según Sánchez, para que la administración escolar se convierta en gestión, es cuando las actividades enlistadas, son elaboradas en colectivo.

            Abordando ahora, otro de los elementos de la gestión mencionados por Navarro, la organización escolar; para Torres, la gestión escolar es la acción de movilizar recursos para alcanzar objetivos témpora-espaciales ( Mercedes Torres y Gómez Sergio, s.f.). Bajo este concepto, instrumenta un Modelo de Gestión en donde la escuela es el centro del proceso educativo, en el que por medio de la gestión se pretende modificar su organización. Los elementos que de este modelo son: enfoque de acciones centrados en la misión de la escuela: el aprendizaje; la construcción colectiva de una imagen objetiva de futuro de la institución (visión); la implementación de un proyecto escolar, que conduzca a la realización de la visión; una conducción participativa del colectivo; la corresponsabilidad del colectivo en la toma de decisiones; una mayor capacidad de decisión(autonomía), la innovación y capacitación de los docentes en la escuela (capacitación entre iguales, intercambio de experiencias), participación de la comunidad y la reorganización escolar.

            Rivera y Guerra, ubicando a la gestión escolar como una de las directrices de las reformas educativas actuales, colocan a la organización escolar como el centro prioritario a mejorar (Lucía Rivera y Guerra Marcelino, s.f.). Dicha mejora está sustentada en la historicidad de la reforma de la educación básica en México, que anteriormente se concentraba en la transformación de Planes y Programas de estudio; limitándola al hacer individual del docente en el aula; no obstante, se ha comprobado que los problemas de calidad educativos también son producto de factores contextuales; siendo la organización escolar uno de ellos.

            Una figura mencionada constantemente en la gestión escolar, es el directivo, a quien le asigna la función de liderazgo; en la reforma en concreto lo definen conjuntamente con el proyecto escolar como: instrumento guía de la acción educativa (Lucía Rivera y Guerra Marcelino, s.f.); no obstante a dicho liderazgo le dan el calificativo de “académico”, coincidiendo con Sánchez. Para Torres, el liderazgo directivo debe ser participativo, en el sentido que logre involucrar al colectivo escolar en un proyecto conjunto ( Mercedes Torres y Gómez Sergio, s.f.); reorganizando el funcionamiento y organización escolar. Navarro, por su parte considera al directivo como el responsable concreto de la mejora en la escuela.

            La complejidad de la gestión escolar es otro de sus caracteres; argumentado por diferentes razones, una de ellas, es la multidimensionalidad que implica el fenómeno educativo (Navarro, s.f.); esa realidad educativa descrita por Ezpeleta, citada por Navarro como una “totalidad compleja”. El reconocimiento que la educativo, tiene que ver con sujetos, constituye otra vértice de lo complejo de la gestión; ya que lo coloca dentro del terreno de las cualidades humanas la subjetividad, la intersubjetividad, el horizonte simbólico, juegan un papel decisivo en la organización escolar que es precisamente, el elemento sobre el que la gestión escolar pretende incidir.

            Por último, la búsqueda del cambio, constituye un carácter definitorio de la gestión escolar, evidenciándose en discursos educativos que pueden clasificarse en tres categorías: la búsqueda de la excelencia, la restructuración y el de las políticas culturales (Lucía Rivera y Guerra Marcelino, s.f.). La excelencia traduce a la calidad educativa como el máximo desempeño académico del alumno, por lo que elevar el nivel educativo es el motivo principal de la transformación. La restructuración hace referencia a cambios de las prácticas y las organizaciones ya que se comparte según Elmore citado por Rivera y Guerra, el consenso sobre la “incapacidad de la escuela para estar a la altura de las expectativas de la sociedad y de las demandas de cambio vertiginoso del mundo moderno”. (Lucía Rivera y Guerra Marcelino, s.f.). Finalmente, la perspectiva del cambio educativo como política cultural, impulsado por la pedagogía crítica, visualiza la potencialidad de la educación para ser un elemento de transformación social.

Conclusión

La conceptualización de gestión escolar, es un constructo de significado no acabado, y aún lejano de ser consensuado por los investigadores educativos; no obstante, se logran apreciar algunas características reconocidas en los cuatro artículos revisados:

La administración escolar no es sinónimo de gestión escolar; aunque si es parte de ella. Las aportaciones de la administración escolar anglosajona, muestran un desfase en la realidad de países iberoamericanos y en la concepción de “sujeto”, que implica una organización escolar.

La organización escolar, es la estructura en donde tendrá lugar la gestión escolar; es pensando en su mejoría que ayude a optimar procesos y resultados, en los que se fundamenta un Modelo de gestión educativa.

La gestión escolar, constituye una de las directrices de las reformas y políticas educativas, en la educación básica.

El directivo escolar, juega un papel preponderante en la gestión escolar, demandándole el ejercicio de un liderazgo académico que incida de manera efectiva en la organización escolar. Sin perder de vista, la importancia del colectivo escolar, y de la implementación de un proyecto que oriente su hacer.

La cualidad de complejidad que atañe a la gestión escolar, reside en la multidimensionalidad de la realidad educativa y en el carácter humano de los sujetos que integran el colectivo docente.

El fin último de la gestión escolar es la transformación de procesos, subjetividades, organización, resultados, que tiene lugar en la escuela.