La
gestión: Conceptualización
Gestión
escolar, es un término obligado en el discurso educativo actual; no obstante,
tiene diferentes formas de entenderse, por lo que resulta necesario revisar
como ha sido conceptualizada por algunos investigadores.
Administración
escolar, es un término estrechamente ligado al concepto de gestión; no
obstante, existe diversas posturas, en cuanto al papel que juega en la
connotación que tiene en la unidad de significado: gestión escolar.
Para
Navarro (Navarro, s.f.) , la administración
escolar, conjuntamente con procesos escolares educacionales, son parte de un
concepto integrador de gestión escolar; no obstante, se separa de la postura
anglosajona de administración escolar (liderazgo, descentralización, escuelas
eficaces, benchmarking, accontability, charter schools, manager), al analizar
la experiencia de gestión en escuelas de educación básica en países iberoamericanos.
Así
entonces, la rendición de cuentas como un elemento de la gestión, estará
dirigida hacia la escuela y la sociedad, a diferencia de la versión anglosajona
de accountability, que busca el involucrar a agentes de iniciativa privada con
la intencionalidad de diversificar fuentes de financiamiento.
De igual forma, el pretender
transpolar las estrategias de efectividad y eficiencia de escuelas eficaces, a
otros centros escolares, es negar la particularidad que ofrecen en su trance
cotidiano de la organización escolar.
No obstante, Sánchez Avilés, plantea
una versión interesante de la administración escolar, aunque igual que Navarro
no la considera sinónimo de gestión. Primero aclara que las actividades
secretariales no son prácticas administrativas; y segundo, coloca al director
como el encargado de administrar: propuestas educativas, la formación de su
plantilla de personal, la planeación del centro educativo, la organización del
consejo técnico, el monitoreo de las actividades escolares, el compromiso de
rendir cuentas a los proveedores de la escuela, la coordinación de funciones
académicas, la administración de recursos y el ejercicio de un liderazgo
académico. (Sánchez, s.f.) La clave según
Sánchez, para que la administración escolar se convierta en gestión, es cuando
las actividades enlistadas, son elaboradas en colectivo.
Abordando ahora, otro de los
elementos de la gestión mencionados por Navarro, la organización escolar; para Torres, la gestión escolar es la
acción de movilizar recursos para alcanzar objetivos témpora-espaciales ( Mercedes
Torres y Gómez Sergio, s.f.) . Bajo este concepto,
instrumenta un Modelo de Gestión en donde la escuela es el centro del proceso
educativo, en el que por medio de la gestión se pretende modificar su
organización. Los elementos que de este modelo son: enfoque de acciones
centrados en la misión de la escuela: el aprendizaje; la construcción colectiva
de una imagen objetiva de futuro de la institución (visión); la implementación
de un proyecto escolar, que conduzca a la realización de la visión; una
conducción participativa del colectivo; la corresponsabilidad del colectivo en
la toma de decisiones; una mayor capacidad de decisión(autonomía), la
innovación y capacitación de los docentes en la escuela (capacitación entre
iguales, intercambio de experiencias), participación de la comunidad y la
reorganización escolar.
Rivera y Guerra, ubicando a la
gestión escolar como una de las directrices de las reformas educativas
actuales, colocan a la organización escolar como el centro prioritario a
mejorar (Lucía
Rivera y Guerra Marcelino, s.f.) . Dicha mejora está
sustentada en la historicidad de la reforma de la educación básica en México,
que anteriormente se concentraba en la transformación de Planes y Programas de
estudio; limitándola al hacer individual del docente en el aula; no obstante,
se ha comprobado que los problemas de calidad educativos también son producto
de factores contextuales; siendo la organización escolar uno de ellos.
Una figura mencionada constantemente
en la gestión escolar, es el directivo, a quien le asigna la función de
liderazgo; en la reforma en concreto lo definen conjuntamente con el proyecto
escolar como: instrumento guía de la acción educativa (Lucía
Rivera y Guerra Marcelino, s.f.) ; no obstante a dicho
liderazgo le dan el calificativo de “académico”, coincidiendo con Sánchez. Para
Torres, el liderazgo directivo debe ser participativo, en el sentido que logre
involucrar al colectivo escolar en un proyecto conjunto ( Mercedes
Torres y Gómez Sergio, s.f.) ; reorganizando el
funcionamiento y organización escolar. Navarro, por su parte considera al
directivo como el responsable concreto de la mejora en la escuela.
La complejidad de la gestión escolar
es otro de sus caracteres; argumentado por diferentes razones, una de ellas, es
la multidimensionalidad que implica el fenómeno educativo (Navarro, s.f.) ; esa realidad
educativa descrita por Ezpeleta, citada por Navarro como una “totalidad
compleja”. El reconocimiento que la educativo, tiene que ver con sujetos,
constituye otra vértice de lo complejo de la gestión; ya que lo coloca dentro
del terreno de las cualidades humanas la subjetividad, la intersubjetividad, el
horizonte simbólico, juegan un papel decisivo en la organización escolar que es
precisamente, el elemento sobre el que la gestión escolar pretende incidir.
Por último, la búsqueda del cambio,
constituye un carácter definitorio de la gestión escolar, evidenciándose en
discursos educativos que pueden clasificarse en tres categorías: la búsqueda de
la excelencia, la restructuración y el de las políticas culturales (Lucía Rivera
y Guerra Marcelino, s.f.) . La excelencia traduce a la calidad
educativa como el máximo desempeño académico del alumno, por lo que elevar el
nivel educativo es el motivo principal de la transformación. La restructuración
hace referencia a cambios de las prácticas y las organizaciones ya que se
comparte según Elmore citado por Rivera y Guerra, el consenso sobre la “incapacidad
de la escuela para estar a la altura de las expectativas de la sociedad y de
las demandas de cambio vertiginoso del mundo moderno”. (Lucía Rivera
y Guerra Marcelino, s.f.) . Finalmente, la perspectiva del cambio
educativo como política cultural, impulsado por la pedagogía crítica, visualiza
la potencialidad de la educación para ser un elemento de transformación social.
Conclusión
La
conceptualización de gestión escolar, es un constructo de significado no
acabado, y aún lejano de ser consensuado por los investigadores educativos; no
obstante, se logran apreciar algunas características reconocidas en los cuatro
artículos revisados:
La
administración escolar no es sinónimo de gestión escolar; aunque si es parte de
ella. Las aportaciones de la administración escolar anglosajona, muestran un
desfase en la realidad de países iberoamericanos y en la concepción de
“sujeto”, que implica una organización escolar.
La
organización escolar, es la estructura en donde tendrá lugar la gestión escolar;
es pensando en su mejoría que ayude a optimar procesos y resultados, en los que
se fundamenta un Modelo de gestión educativa.
La
gestión escolar, constituye una de las directrices de las reformas y políticas
educativas, en la educación básica.
El
directivo escolar, juega un papel preponderante en la gestión escolar,
demandándole el ejercicio de un liderazgo académico que incida de manera
efectiva en la organización escolar. Sin perder de vista, la importancia del
colectivo escolar, y de la implementación de un proyecto que oriente su hacer.
La
cualidad de complejidad que atañe a la gestión escolar, reside en la multidimensionalidad
de la realidad educativa y en el carácter humano de los sujetos que integran el
colectivo docente.
El
fin último de la gestión escolar es la transformación de procesos,
subjetividades, organización, resultados, que tiene lugar en la escuela.